Primera División de Venezuela

Anti fútbol total, Táchira y Caracas protagonizaron un vergonzoso episodio

Celebraciones efusivas en cada uno de los goles provocaron que ánimos se caldearan y que ambos equipos culminaran con un jugador menos

Por German Morán

Celebraciones efusivas en cada uno de los goles provocaron que ánimos se caldearan y que ambos equipos culminaran con un jugador menos

El clásico del futbol venezolano se jugó la tarde de este domingo en el Polideportivo Pueblo Nuevo, de la ciudad de San Cristóbal, el cual terminó con tablas en el electrónico. Es importante destacar que “Los Rojos del Ávila” no ganan en el recinto aurinegro desde hace cinco encuentros.  

Los capitalinos abrieron el marcador en los minutos iniciales del segundo tiempo, gracias a una habilitación de Alexander González hacia el extremo derecho Vicente Rodríguez, quien centró a ras de piso para que Richard Celis empujara el balón hacia el fondo de la red. El extremo, quien se encontraba de cumpleaños, celebró de una manera exagerada que causó el enojo de los aurinegros. 


Tras la celebración, el principal del encuentro, Ángel Arteaga, se llevó la mano al bolsillo y pinto de amarillo al jugador avileño por considerar la celebración excesiva. 


Tras el gol, el equipo aurinegro presionó más alto y llegaron desbordes por las bandas que no pudieron capitalizar. El empate llegaría a los 87 minutos de partido por intermedio de Nelson Hernández, quien aprovechó una mala salida de Alaín Baroja en un tiro de esquina.


Hernández buscó de devolver la moneda a los capitalinos y realizó una celebración de manera efusiva, ganándose de esta manera su tarjeta amarilla por parte del colegiado. 

Casi a los puños


Los ánimos se caldearon en los minutos finales luego de la celebración delante del banquillo rojo por parte de Hernández. Rubert Quijada, quien se había marchado lesionado en el segundo tiempo por parte del rojo, terminó expulsado luego de reclamar la acción de los aurinegros, pero Táchira no se fue limpio debido a que Jesús Quintero también lo mandaron al vestuario.
 

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