Por German Morán
La selección de fútbol femenino de España se encuentra en una situación delicada tras una reunión que tuvo lugar anoche. Montse Tomé, la entrenadora que asumió recientemente el cargo, se encuentra en medio de tensiones con las futbolistas luego de una serie de desacuerdos y decisiones controvertidas.
La controversia comenzó cuando veinte de las jugadoras que habían expresado su deseo de no ser convocadas fueron llamadas por Montse Tomé para unirse al equipo en la concentración de cara a los partidos de la Nations League contra Suecia y Suiza. Estos partidos son cruciales en la preparación para los Juegos Olímpicos.
La situación se agravó cuando dos jugadoras, Patri Guijarro y Mapi León, decidieron abandonar la concentración debido a su malestar y desacuerdo con la convocatoria. Estas dos futbolistas habían sido firmes en su posición de no querer ser convocadas y continúan luchando por ver cambios reales en el fútbol femenino español.
Uno de los principales puntos de discordia se refiere a las modificaciones solicitadas por las jugadoras. Exigían que quienes habían aplaudido el discurso de Luis Rubiales en la Asamblea del 25 de agosto, incluyendo a Montse Tomé, fueran excluidos del fútbol femenino. Además, se generó controversia en torno a la "protección" hacia Jenni Hermoso, quien no fue convocada por la seleccionadora.
La reunión de esta madrugada dejó en duda el futuro de Montse Tomé como seleccionadora, así como el de su staff y el del presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino, Rafa del Amo. Las futbolistas expresaron su descontento con el discurso de del Amo y exigieron una reestructuración en el organigrama del fútbol femenino.
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