Por German Morán
El primer tiempo de la final de la UEFA Champions League entre Manchester City e Inter de Milán trajo consigo una sorpresa desafortunada para el equipo de Pep Guardiola. A los 35 minutos, Kevin De Bruyne tuvo que abandonar el campo de juego debido a una lesión, lo que significó un duro golpe para el once titular del conjunto inglés.
El volante belga tuvo que ser reemplazado por Phil Foden debido a una molestia física, y durante todo el proceso de salida, recibió muestras de consuelo y apoyo de su compañero de ataque, Erling Haaland. La imagen de Haaland brindando palabras de aliento y consolando a De Bruyne reflejó la solidaridad y el espíritu de camaradería en el equipo.
Este episodio trajo a la memoria lo sucedido en la final de la Champions League del año 2021, cuando De Bruyne también tuvo que abandonar el campo por una lesión muscular. La repetición de esta situación genera preocupación no solo para el jugador, sino también para el cuerpo técnico y los fanáticos del Manchester City.
La presencia de De Bruyne en el terreno de juego es fundamental para el equipo, ya que su talento y capacidad para influir en el juego son indiscutibles. Su lesión representa una pérdida significativa en el esquema de juego del Manchester City y plantea desafíos adicionales para el resto del partido.
Con la salida del belga, City pierde pausa y pase profundo para asistir el juego ofensivo. Por otro lado, el ingreso de Foden le da verticalidad, velocidad y agresividad por parte del zurdo de 23 años que está en un muy buen nivel. El primer tiempo no fue como Guardiola esperaba, pero lo importante es recuperarse y recomponerse de cara a lo que se le viene. Por su lado, muy mala suerte para De Bruyne que otra vez, tuvo que dejar el campo en una final.
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