Por German Morán
El Campeonato Sudamericano de Fútbol Sub-17, que se realiza en la ciudad de Quito, Ecuador, llega a su fin este domingo. Con el encuentro entre el equipo revelación del torneo: Venezuela; y la selección anfitriona del torneo, quien espera levantar el gallardete por primera vez en su historia.
La tricolor, como le dicen a la selección de la mitad del mundo, necesitan una victoria para coronarse como campeona del torneo. Mientras que la Vinotinto, con una victoria, alcanzaría la tercera plaza y de alguna manera le arruinaría la fiesta a los locales.
Ambas selecciones saben lo que representa dicho encuentro, que se realiza en el Olímpico Atahualpa, por lo que es tomado con la seriedad del caso. La seriedad comienza desde la entonación del himno nacional, los cuales se cantaron a todo pulmón. Dicen que la intimidación comienza antes del inicio del partido.
Durante su actuación en la fase de grupos, ambas selecciones clasificaron como terceras. Ecuador, detrás de Brasil y Chile; mientras que Venezuela, tras Argentina y Paraguay, con cinco unidades. Ya en el hexagonal final, los dirigidos por Diego Martínez han mostrado un desempeño impresionante, empatando con Brasil y ganándole a Argentina. Por su parte, el conjunto venezolano, a pesar de plantar cara, cayó derrotada ante ambos rivales.
Con los ojos cerrados y abrazados, los dirigidos por Ricardo Valiño mostraron el orgullo de representar a su país al momento de entonar el Himno Nacional, una situación que ni en el seleccionado de mayores se puede apreciar, pues, muchos de ellos no son capaces de cantar ¿Será que no se lo saben?.
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